Ciertas cosas
Es mejor hablar de las cosas rojas de frutas o sangres de flores silvestres de plumas de gallo que clavan sus uñas en rondas de tierra. Es mejor hablar de huesos que crujen rotos por las manos de los días de antes, de árboles secos, de plumas ausentes, de estrellas que han muerto, de tripas revueltas, de óxido y náusea. Es mejor contar el moho en los panes, el arroz pasado, lo agrio del vino. Queda tanto mejor en los poetas hablar de las aves de las alas truncas, de las manchas tristes que adornan las manos del que aún no ha muerto. Y yo sin embargo escabo en el hueco caliente en tu boca que sabe a durazno que luce turquesa que huele a madera que suena a orilla y hamaca los peces.