Para tu alivio

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Para tu alivio:

Querido mío:
Siempre te dije que a vos te toca organizar varias categorías de comensales y espero, ahora que me propuse volver a aprender a cocinar, estos zapallitos rellenos sean para tu alivio. Los tenés congelados y en cualquier momento los ponés en el horno, justo ese día que quieras hacer otras cosas.
Acordate de que te quiero mucho. Sí, eso es verdad, no tengo que pensar si vos me querés igual o no me querés nada. ¿No te parece?
Yo comí los míos ayer y aquí estoy, podés estar tranquilo. Chau, acordate de mi y no me dejes hacerte reproches

Segunda Carta

Querido mío:
Esperaba saber de vos después de aquello. Hoy me acordé del día en que empecé la huerta, de cómo te gustó que algo nos fuera a nacer y que yo hubiese cortado tiritas de colores para alejar a los pájaros.
Por eso te dejo esta sopa que también podés congelar. La hice con las cosas que no plantamos nunca porque nunca es tarde ¿no? Menos ahora que cambiaste de reloj…Te hice dos porciones. Tiene una papa que si querés se la sacás y apio como a vos te gusta y a mi no.
Avisame si te pareció rica y si pensás en mi o te acordás a veces cómo crecían los rabanitos.

Carta con lentejas

Querido mío:
Estás a un paso de olvidarme, lo sé porque apenas una noche por semana prendés la luz del patio y yo desde acá la veo y pienso que habrás salido a mirar la escalera azul. Igual te mando este guiso de lentejas, le puse panceta y mucha pimienta porque ya es marzo y es mejor prevenir el frío.
Así que ya sabés, lo guardás en el freezer y una noche que compres pan y vino lo calentás y listo.

Carta de otoño

Querido mío:
Espero que esta sea la última vez que te escriba, ahora que ya casi cocino como antes. Te dejo este pan que hace mucho quise hacerte, un pan de agua y aire que te hiciera estar más vivo detrás del tiempo y frente a él.

A veces me despierto y me doy cuenta de que tuve una pesadilla y en ella un sueño en el que vos reías...Sí, ya sé que me querés y que hay tiempo y otoño justo ahora.

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